Hoy en día, sabemos que el comportamiento aberrante de las células tumorales procede en gran medida de la acumulación de alteraciones genéticas. Así, la secuenciación del genoma humano abrió la puerta a una comprensión de la función de los genes y a su posible implicación en diversas enfermedades, entre las que destaca el cáncer.
Tan solo tres años después de que finalizara la secuenciación del genoma humano, los Institutos Nacionales de la Salud Estadounidenses ("National Institutes of Health", NIH) lanzaron un programa de secuenciación del genoma de diversos tipos de cáncer para la generación de un catálogo global de los cambios genéticos implicados en los distintos tipos de cáncer ("The Cancer Genome Atlas", TCGA).
Este catálogo supone un poderoso recurso para el desarrollo de nuevas y mejores estrategias de diagnóstico, de tratamiento y de prevención de cada uno de los tipos de cáncer.
En la actualidad se calcula que hay más de 200 tipos de cáncer con diversos subtipos, cada uno causado por una serie de errores en el ADN que provocan el crecimiento descontrolado de las células. La identificación de los cambios clave en cada tipo de tumor y de cómo interactúan los distintos cambios para impulsar el avance de la enfermedad sentarán las bases para el establecimiento de terapias individualizadas para los pacientes con cáncer.
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