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jueves, 9 de enero de 2014

La base genética del comportamiento: "el caso del gen guerrero"

Durante décadas ha existido una controversia entre el determinismo genético que defiende que la influencia de la herencia es decisiva en el comportamiento, y el ambientalismo, que opinan que todo depende de las influencias que se reciben durante la infancia y la adolescencia. 

La polémica se avivó cuando, a finales de la década de los 90, varios estudios pusieron de manifiesto que en el gusano Caenorhabditis elegans una mutación puntual en un gen que codifica para un receptor neuronal causaba el cambio de comportamiento desde un comportamiento solitario hacia un comportamiento gregario, de búsqueda de sus congéneres y de alimentación en grupo. Ante este descubrimiento, los ambientalistas podían argumentar que se trataba de un organismo con un sistema nervioso sencillo en el que quizás el peso genético podía ser más decisivo.

Sin embargo, recientemente, se ha puesto de manifiesto la existencia de un gen similar en humanos, el llamado gen guerrero, MAOA, que codifica para la enzima monoamino oxidasa. Los individuos que portan una determinada variante de este gen (MAOA-L) muestran un comportamiento más agresivo y además tienen mayor gusto por el riesgo y mayor capacidad de evaluar sus posibilidades de éxito en situaciones críticas. Este gen se localiza en el cromosoma X, por lo que los hombres lo heredan de su madre y, al tener un solo cromosoma X, manifiestan sus efectos de forma más notable. Las mujeres por el contrario, al tener dos cromosomas X, si son portadoras de una copia de esta variante no manifestarán con tanta fuerza este comportamiento al tener otro cromosoma X que probablemente lleve una variante distinta. 
Así, la polémica entre ambientalistas y deterministas se mantiene abierta, por lo que harán falta mas investigaciones que arrojen luz en este asunto.

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