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jueves, 9 de enero de 2014

La genética da la razón a Darwin sobre los pinzones de las Islas Galápagos

Durante su viaje alrededor del mundo a bordo del Beagle, Darwin realizó diversos estudios gracias a los que concibió los mecanismos de la evolución. Uno de sus estudios más conocidos es el de las semejanzas y diferencias de algunas especies de las islas Galápagos, entre las que destacan los pinzones, un grupo de pájaros de los que Darwin descubrió trece especies distintas que residían cada una en una isla distinta. 

Estas especies eran muy similares entre sí, pero se diferenciaban en algunas características como la forma del pico (alargado, corto, grueso, etc.) o en el hábitat (arborícolas, sobre el suelo, etc.). Analizando estas semejanzas y diferencias, Darwin intuyó que todas estas especies debían proceden de un ancestro común y que, al establecerse en cada isla, donde las condiciones ambientales eran distintas, cada una habría desarrollado diferentes adaptaciones al medio. Incluso comparó estas especies con el pinzón que habita en Sudamérica y postuló que éste era el antecesor de las especies de las islas Galápago.
Hace algunos años, el científico Jan Klein pudo corroborar la hipótesis de Darwin mediante estudios genéticos. Según estos estudios, un grupo de pinzones de la especie continental, llegó a las islas hace tres millones de años y se diferenció hasta formar las trece especies actuales. 
Así, vemos como Darwin, sin herramientas genéticas, fue capaz de intuir las relaciones evolutivas solamente con la mera observación y la intuición propias del carácter científico.

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